Desde que las cejas pasaron de ser la zona más olvidada del rostro a un área imprescindible para enmarcar y destacar la mirada, las tendencias para maquillarlas, diseñarlas y retocarlas no han parado de proliferar. Hace unos años el microblading revolucionó el mundo beauty con su técnica para reconstruir cualquier ceja inexistente; luego vinieron el brow lamination e incluso los trasplantes. e incluso las pelucas. Ahora el microshading se presenta como la alternativa perfecta para pigmentar las cejas de las pieles más sensibles y grasas.
Al contrario que ocurre con el microblading, que es una técnica de raspado, el microsahing consiste en crear un sombreado o degradado dibujando puntitos con el pigmento en lugar de pelos finos, como si se usara un polvo para cejas. Para ello el profesional utiliza un bolígrafo eléctrico o manual con el que crea dichos puntos con tinta semipermanente. Cuanto más cantidad haya de ellos, más denso y oscuro será el resultado.
Lo mejor es que tienes esta técnica es que es apta para todas las pieles, incluso las más sensibles (no suelen soportar los cortecitos de la cuchilla que se usa en el microblading) y las grasas (en ellas no funcionan bien los tatuajes semipermanentes y se desvanecen enseguida). Además, los expertos aseguran que el efecto que se coniegue es el de una ceja más llena, como las que están de moda en Instagram, y que los resultados duran más tiempo, por lo que no tendrás que retocar las cejar hasta pasados unos 10-12 meses.
Eso sí, ellos también advierten que debes tener ciertas precauciones si quieres que el nuevo diseño de tus cejas esté perfecto durante muchos meses. Primero recomiendan que te mantengas alejada del sol para que este no altere el color de los pigmentos y, además, advierten de que el uso de productos químicos con ácidos AHA y BHA también pueden modificar su aspecto.
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