De entre las cinco parejas que participan en la segunda edición de ‘La isla de las tentaciones’ (conócelas aquí), la formada por Tom Brusse y Melyssa Pinto, quizás por su paso por ‘Mujeres y Hombres y Viceversa’ hace un año, sea la que más interés despierta entre los espectadores. Él, pretendiente, y ella, tronista, empezaron a escribir su historia bajo los focos de Mediaset, así que esta experiencia se les puede hacer menos incómoda que a otros menos avanzados en el medio.
Pero, para los que no les hayan seguido de cerca desde que se dieran a conocer, quizás les sorprenda el currículum de él. Porque Tom se sale de los parámetros básicos de los concursantes del ‘date show’ de Cuatro. ¿A qué nos referimos? A que es un emprendedor, un auténtico hombre de negocios que ha sabido buscarse la vida para levantar su imperio.
«Me llamo Tom, tengo 27 años y soy francés aunque crecí en Marrakech. Soy una persona emprendedora porque con 23 años abrí mi primer restaurante en Hong Kong. También tengo una marca de vestidos de baño y un hotel», así se presentaba en ese vídeo previo grabado por la productora para que los espectadores se metieran en materia.
No contento con eso, desplegaba su currículum de estudios: «Estudié en Marbella en una escuela de hostelería y luego me fui a trabajar a Nueva York, luego a Barcelona y finalmente en Hong Kong». Hasta aquí, la parte profesional y académica, porque explicaba también que tuvo una novia antes de irse a Hong Kong, pero descartó encontrar pareja allí, porque considera que las mujeres son muy superficiales en aquella ciudad asiática.
Más allá de todo esto, tiene un plan de futuro claro. Y no nos referimos a conseguir consolidar la relación con Melyssa, entre quienes los celos parecen ser el mayor de los escollos. «Estoy de vuelta en Marruecos para jugar al golf porque quiero ser golfista profesional«. Ahí es nada. No quiere iniciarse en este deporte, sino convertirlo en su modo de vida.
Así es Tom, que empezaba a coger protagonismo antes de que se iniciara el espacio. Con una descripción que le convierte en un hombre más que interesante. Ahí entrarán en juego las tentadoras… y los celos de su pareja.
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