El año pasado Gwyneth Paltrow confesó en el podcast The Beauty Closet, uno de los productos de su web de estilo de vida, Goop, que tenía miedo a envejecer. Estas declaraciones son totalmente opuestas a lo que pensaba hace años, cuando declaraba a los cuatro vientos que asumía con total naturalidad las arrugas propias de la edad. Y, a pesar de haberse declarado enemiga del bótox en contadas ocasiones, ahora es imagen de un laboratorio principalmente conocido por sus inyectables de neurotoxina botulínica.
La actriz ha reconocido que se inyectó bótox cuando iba a cumplir 40 años. Entonces sintió un ataque de pánico total y decidió probar la toxina botulínica; pero el resultado no le gustó nada y fue entonces cuando decidió mantenerse alejada de las infiltraciones, ya que ella es firme defensora de la belleza natural y del cuidado personal que va de dentro hacia fuera. Ahora, en cambio, parece que el laboratorio Merz Aesthetic y su nuevo inyectable Xeomin –una versión purificada, sin proteínas innecesarias, de la toxina botulínica– le han hecho cambiar de idea.
La creadora de Goop ha decidido recibir una pequeña ayuda por parte de las agujas y, según declara en sus redes sociales, está encantada con el resultado: “Lidiar con el envejecimiento es una experiencia de múltiples capas. Cuido bien mi piel, me hidrato y hago ejercicio, pero a veces una chica necesita un poco de ayuda extra. He probado Xeomin y soy muy fan de esta inyección antiarrugas”, ha escrito Gwyneth en su última publicación de Instagram.
El cirujano plástico Julius Few, amigo cercano de la intérprete de Shakaspeare in Love, ha sido el encargado de los pinchazos. Ella asegura que se ha puesto una dosis mínima en el entrecejo, que tan solo le llevó al doctor minuto y medio. Lejos de haberle paralizado la frente, el resultado es un rostro fresco y descansado.
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