La relación entre Isabel Pantoja e Irene Rosales siempre se ha presupuesto buena. La tonadillera fue una de las primeras en aparecer por el tanatorio el pasado invierno, cuando la madre de su nuera fallecía. También manifestó su agradecimiento hacia ella cuando se conoció el problema de dependencia de Kiko Rivera y cómo su actual mujer jugó un papel determinante para centrar a su hijo.
Irene e Isabel son mucho más que suegra y nuera. Y, por si quedara algún resquicio de duda, la primera lo dejó más que claro anoche, en una nueva entrega de ‘Ven a cenar conmigo’. Porque, ya sabemos que en la dinámica de este espacio, además de ver cómo se desenvuelven en la cocina y como anfitriones nuestros famosos, se añade ese ingrediente extra de que entrar en aspectos privados de su vida.
«Isabel es muy normal y maravillosa en todos los sentidos, como artista y como suegra», la definía ante sus compañeros de concurso, Fani Carbajo, Amador Mohedano y MIguel Frigenti. Pero esta frase iba a ser tan solo el aperitivo del festín de sentimientos que Irene dejaba al descubierto sobre Isabel.
«¿Mi suegra? Es entre suegra y madre, y ahora que me falta la mía pues la trato como una madre», respondía cuando le preguntaban cómo se había portado con ella la artista a raíz de ese fallecimiento de su madre. Y, además, recalcaba, como tantas otras veces ha hecho, cómo siempre ha estado dispuesta a echarles una mano en los momentos en los que su economía ha flojeado: «Mi suegra cuando nos ha tenido que ayudar, nos ha ayudado».
Sí, la relación entre ella es más que buena. Ambas se deben mucho. Y de ahí nace ese cariño que se antoja indestructible, por muchos rumores que tengan siempre revoloteando a su alrededor.
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