El pasado 25 de agosto se celebraba el primer aniversario del hallazgo del cuerpo sin vida de Blanca Fernández Ochoa tras once días de dura búsqueda en la montaña. Un año en el que el dolor de sus familiares no ha sido capaz de desaparecer. Y unos familiares que ayer mismo le realizaban un sentido homenaje para que la memoria de la esquiadora siga presente entre todos nosotros.
Sus hijos, Olivia y David (las cartas de despedida que escribieron en su día), poco amantes de aparecer ante los medios de comunicación, se acercaron hasta la localidad madrileña de Cercedilla para realizar ese acto en recuerdo de su madre. Allí pusieron unas flores junto a una placa que recuerda lo que Fernández Ochoa fue para ese pueblo de la sierra, y concedieron unas escuetas declaraciones al programa ‘Ya es mediodía’, que tan pendiente estuvo hace un año de esas labores de rastreo para dar con Blanca.
«Ha sido un año difícil, pero yo todos los días la recuerdo, todos los días veo fotos, me río con ella, pienso en ella…», explicaba David, que a duras penas podía contener las lágrimas al traer de nuevo a su memoria a la persona más importante de su vida. «La quería como un mundo. No sabría explicarte lo que era para mí y lo que sigue siendo porque la sigo teniendo aquí día sí y día también», añadía antes de que tomara la palabra su hermana.
Olivia aseguraba que la sigue «teniendo muy presente«, y recordaba cómo de emotivo fue la cantidad de gente que se echó a la montaña para buscarla hace poco más de un año, porque no era consciente de «las masas que podía llegar a mover» una persona que cayó en problemas de depresiones una vez finalizada una carrera deportiva más que exitosa.
También Lola, hermana de Blanca (quizás a la que más unida estuviera), pronunció una emotivas palabras ante las cámaras: «Era la persona más sensible que he conocido nunca«. Y aprovechaba para reconocer que su madre, ahora, está mucho más tranquila que cuando tuvo que asumir que su hija se había ido para siempre.
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