Vladislav Doronin y Naomi Campbell rompieron en 2013, tras cinco años de una relación en la que incluso llegaron a sonar las campanas de boda. Durante sus años de besos, el milmillonario tuvo gestos con la supermodelo como dibujarle en una servilleta una mansión futurista que se convertiría en la única vivienda privada jamás realizada por la arquitecta Zaha Hadid. Pero la ruptura ha dado paso a un enfrentamiento más o menos intermitente entre el ejecutivo inmobiliario ruso y la eterna top de los noventa.
Doronin le reclama ahora a Campbell algo más de 2,5 millones de euros por un doble concepto: "sus cosas" (esa parte incómoda de las rupturas) y un préstamo que le hizo cuando eran novios, aunque los documentos legales que han caído en manos de TMZno aclaran la cuantía del préstamo ni en qué consisten las cosas de Doronin, un hombre al que le gusta vivir a lo grande.
Doronin no es de los mayores milmillonarios del mundo (su fortuna neta se estima en unos 1.100 millones de euros, provenientes del mercado financiero y sus desarrollos inmobiliarios del Grupo Aman, su empresa de resorts de lujo), pero sí uno de los más ostentosos. Hace poco vendió sus –en plural, un tríplex– áticos neoyorquinos con vistas a Central Park (por 300 millones de euros) para reconvertir más de 20 plantas de un edificio de la Quinta Avenida en mitad sede de su empresa, mitad hotel de lujo, y coronando ambas con su nueva casa, una supervivienda "con chimenea y patio", que era lo Doronin le dijo al Wall Street Journal que quería en su vida, en la zona más lujosa de Nueva York.
Es algo que coincidió también con la venta de la casa diseñada por Hadid que iba a ser su retiro de amor con Campbell, que costó más de 120 millones de euros y que Doronin vendió el año pasado por más de 85 millones de euros. La casa terminó de construirse cuando el amor ya había llegado a su fin. Incluso cuando el motivo de la ruptura ya había pasado. Porque uno de los principales motivos de que Campbell y Doronin lo dejasen fue otra modelo: Luo Zilin.
Zilin, Miss China 2011, se había dado a conocer en el resto del mundo de la mano de Campbell, en su reality The Face, y ambas tenían fama de ser bastante amigas. Hasta que Doronin y Zilin iniciaron una relación y Campbell reaccionó de manera bastante suave para lo que es habitual en la top model: presionando a la agencia estadounidense que representaba a Zilin hasta que la despidieron, e intentándolo después en el resto de mercados.
Campbell tampoco se podía tomar muy a mal que Doronina y la fidelidad no fuesen de la mano: cuando ella empezó su relación con el magnate, él todavía no se había divorciado de la que fue su mujer durante 22 años, Ekaterina Doronina. Es más, hasta posaron los tres juntos en un desfile benéfico en 2008: Doronina consideraba a Campbell una aventura más de su marido. Se equivocó, como pudo comprobar cuando el divorcio se hizo oficial en 2009.
El último capítulo de la guerra Campbell-Doronin, eso sí, fue en verano de 2013 y parecía que desde entonces el tiempo había borrado las heridas. Había borrado hasta a Zilin, porque Doronin, habitual de los desfiles y las alfombras rojas, empezó a salir directamente después con Kristina Romanova, una modelo que nació en 1994 –el mismo año en el que Naomi Campbell se hizo novelista–. Tiene 32 años menos que Doronin pero en estos cinco años que llevan juntos, han tenido dos hijos.
El motivo por el que ahora Doronin ha decidido cargar contra Campbell se desconoce, aunque la frenética actividad laboral de la supermodelo en los últimos dos años quizás le haya hecho pensar al ruso que ahora es el momento de reclamar las supuestas deudas de una década.
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