Hace un par de años, Omid Scobie y Carolyn Durand, periodistas especializados en la realeza, empezaron a escribir un libro que contara la historia del príncipe Harry y Meghan Markle desde el principio. Los dos escritores siguieron la vida pública y privada de la pareja, y entrevistaron a un montón de amigos y personas cercanas, intentando reccrear la historia de cómo la actriz californiana y el príncipe soldado descubrieron que estaban hechos el uno para el otro.
Hace unos días que salió a la venta en medio mundo el libro Finding Freedom: Harry and Meghan and the Making of a Modern Royal Family (En busca de la libertad: Harry y Meghan y la creación de una familia real moderna), pero la historia publicada no es el "y comieron perdices" que muchos podríamos haber esperado tras la romántica boda en Windsor en mayo de 2018. Para Scobie y Durand, contar la historia de Harry y Meghan también implicaba documentar con exactitud qué era la qué se había torcido entre ellos y la famlia real británica.
Scobie fue durante mucho tiempo un periodista especializado en ocio y cultura, y actualmente trabaja para Harper’s Bazaar como colaborador estrella de todo lo royal. En esta entrevista con Vanity Fair, nos habla del camino emprendido por Harry y Meghan desde su primera cita en Soho House hasta sus últimos actos oficiales como royals a principios de este año, y de las esperanzas que todavía tiene depositdas en los Windsor.
"Por encima de todo, creo que si le quitamos el drama, que es algo que obivamente había que tratar en profundidad, lo que te queda es una preciosa historia de amor", cuenta Scobie por teléfono. "Al principio, salían tantas locuras en los tabloides que no nos fijamos en lo que era, en definitiva, un cuento de hadas muy guay".
En Finding Freedom, ¿os propusisteis crear un perfil de Meghan? Al leerlo, me hacía una idea de la personalidad de Meghan cuando no está delante de una cámara o cuando simplemente está de charla con sus amigos. La veo ingeniosa, divertida, y un poco más ingenua de lo que me esperaba.
Quería que el libro la rehumanizase en cierta forma, tanto como contar un lado diferente de la historia. Ha habido momentos, sobre todo en los medios británicos, en el que hemos olvidado que era un ser humano. Creo que se le impuso un estándar tan demencial para hacerla fracasar, en muchos sentidos. No quiero que esto se interprete como una defensa cerrada [de Meghan] pero es que era evidente.
Siempre intento recordarme que Meghan, Harry, Kate y William, son, desde cierto punto de vista, gente normal en circunstancias extremadamanete anómalas. En el libro, eso se ve a través de su personalidad. Mencionas bastante al principio que Harry solía enviarle al Meghan el emohi del fantasma, sin dar explicaciones. Y eso sirve para hacerse una buena idea del tipo de persona, bromista y tontorrona, que no puedes ver cuando habla en un acto oficial.
¡Vivo para ese tipo de detalles! Cuando estaba en US Weekly –les llevaba la corresponsalía europea–, mi truco era mandar siempre a los reporteros a los restaurantes para que averiguasen más. No quiero saber si comieron ensalada: quiero saber qué ensalada era. Si alguien va a una cafetería, quiero saber cómo pidió el café, no me vale con que se tomase uno. Esas son las cosas que dan vida a los pequeños momentos cuando apenas tienes más detalles.
En cierto modo probé con ese enfoque a la hora de ilustrar quién es Meghan. Cuando se hizo famosa en todo el mundo, nos encontramos con alguien que ya tenía una existencia definida a la que se intentó meter en el molde de lo que debería de ser una duquesa. Siempre estábamos intentando encajarla ahí. Y, según pasaba el tiempo, llegamos a conocerla mejor, pero por desgracia casi todo nos llegaba a través de las páginas de los tabloides, cuyas fuentes eran otras personas dentro de la Casa Real. No creo que eos sirviese para hacerse una idea precisa o justa de quién es Meghan.
Me atrevo a decir que el libro ha herido ciertas susceptibilidades en la Casa Windsor porque arroja un poco de luz sobre las prácticas que algunos consideran secretos de equipo dentro de la familia real. Pero creo que es importante entender la maquinaria y las maquinaciones de dicha institución para poder recrear de verdad el escenario completo y detallado de lo que pasó y por qué pasó.
Una de las cosas que me sorprendieron fue el hecho de que el equipo de Kensington Palace parecía incapaz de gestionar la atención mediática que recibió Meghan desde el minuto uno. También mencionas que la gente del gabinete de prensa no eran parte del equipo cuando Kate y William se casaron. ¿Les faltaba experiencia para todo lo que implica una boda real?
Fue una combinación de varias cosas. Para ese equipo original, había demasiadas cosas nuevas. Primero, Meghan no era exactamente el perfil que nadie esperaba que entrase a formar parte de la familia real. A ver, me explico: creo que todo el mundo esperaba que Harry terminase casándose con una pija británica típica. Y también pasó en un momento para el que nadie en toda la institución estaba preparado: un escenario mediático digital, en el que el ciclo de noticias está activo 24 horas diarias, todos los días de la semana, y que se basa en noticias con titulares cazaclics.
Y, por si fuera poco, se trataba de alguien acostumbrada a una forma de trabajar un poco diferente a la del resto de la realeza tradicional, algo que en sí ya era un desafío. Así que tienes un choque cultural y una primer contacto con este lado de los medios para el que nadie se había preparado. Si sumas todo, tienes una montaña de problemas.
A pesar de ser tan diferentes, al principio parecía de verdad que Meghan podría triunfar en su papel de miembro en activo de la familia real, incluso pese a que dentro y fuera de palacio había gente que no la apreciaba. Algo que hace que la historia parezca bastante más trágica.
Creo que estaba hecha para esto. Tenemos una línea en el libro donde dice "Renuncié a todo por esto". No hay mucha gente dispuesta a llegar hasta ese punto. No iba a ser nunca la reina consorte o hacer los mismos sacrificios que hizo Kate, así que podríamos debatir si era necesario que estuviese tan dispuesta a renunciar a todo. Pero lo estaba, y creo que además tuvo una ética de trabajo increíble.
Como se puede ver en el libro, hay momentos en los que si, se le hubiese apoyado o aceptado de manera un poco distinta, creo que las cosas podrían haber funcionado a la perfección. Como, en definitiva, eso no sucedió, Harry se volvió extremadamente protector. Y él ya era un hombre que tenía su propio conflicto con su posición dentro de la familia real y si esa posición le merecía la pena. Son sólo algunas de las cosas que les hicieron apartarse. Es una decisión que tomo él. Creo que si él hubiese dicho "Vamos a esperar otros cinco años", ella habría aceptado sin dudarlo.
Una de las historias del libro que más titulares ha generado tiene que ver con una conversación en la que William le dice a Harry que frene un poco, cuando empezó a salir con Meghan. ¿Qué pensaste cuándo la oíste por primera vez? ¿Por qué crees que a Harry le ofendió tanto esa conversación?
Es muy interesante, porque sé que ciertas personas –y lo entiendo– piensan que la reacción de Harry a lo mejor fue demasiado susceptible, que aquello no era más que William ejerciendo de hermano, aconsejándole. Pero cuando nos fijamos en todo lo que llevó a ese momento, Harry ya era consciente de los comentarios y las palabras que se le lanzaban a Meghan a sus espaldas. Sus amigos ya le habían dado consejos parecidos. Cuando William llegó con ese consejo, lo percibió de otra forma porque, en aquellas circunstancias, le faltaba un poco de sensibilidad. Como bien señalas, se trata de un hombre entrado en la tardotreintena, Si eres un hombre de esa edad, que ha visto mundo, que lo ha probado todo y que ha hecho muchas más cosas que la mayoría, si decides que estás enamorado de alguien, existen bastantes posibilidades de que hayas encontrado a la persona correcta y que estés tomando la decisión acertada. Harry no tenía 21 años.
Sé que la cuestión de si –y no era una acusación, era una pregunta– de sí había un cierto esnobismo excluyente [en las palabras de William] no sentó bien en las páginas de algunos periódicos británicos. Se volvió automáticamente en contra de Harry. Pero si yo estuviese en esa posición habría hecho la misma pregunta. En ese momento de su vida, Harry nunca había tenido más conciencia social y cultural. Puede que incluso mayor que la de su hermano, por el camino que había escogido en la vida, y por todo lo que había visto en el mundo desde una perspectiva alejada de su título de príncipe.
Los límites entre ser un miembro en activo de la familia real, o pertenecer a la familia o ser un empleado de la Casa Real a veces son un poco confusos. La gente asume que algunas cosas han de ignorarse o no tomarse personalmente, porque hay una defensa de la institución. En el caso de William, encarna todos esos papeles a la vez, lo que hace que ciertas situaciones se vuelvan incómodas aunque no deberían de serlo sobre el papel.
Hay muchos ejemplos en el libro sobre cómo esos límites también hace que los miembros de la familia tengan conflictos con sus personal. La salida de la familia real de Meghan y Harry parece que hizo muchísimo daño a todos los implicados.
En el fondo, el trabajo de los empleados de palacio es proteger a sus jefes, sus principios y la monarquía en su totalidad: La Empresa, si lo prefieres así. Y eso es lo que interfiere tantas veces en los asuntos de famlia. Hay cosas que deberían ser resueltas en la intimidad familiar que se convierten en asuntos directos para los que tienen que proteger a la institución.
Hay un momento, antes de las Navidades de 2019, cuando Harry y Meghan ya le han expuesto sus deseos a Carlos y a la reina, y les han dejado caer que deberían reunirse. Hay una asistente personal de la reina que literalmente impide que Harry pueda tener ese encuentro con su padre y con su abuela al decirle que la reina no estará disponible hasta el 29 de enero. Y ahí es cuando te das cuenta de que no todo el mundo tiene los mismos objetivos. En ese momento lo que pensaba la asistente es que Carlos tenía un viaje oficial pendiente, y que al mismo tiempo estaban pasando más cosas. Así que mejor hacerles esperar para que no hiciesen sombra o no nos causen ningún problema. Y eso pasa muy a menudo. Y gran parte de la culpa es por la jerarquía: Harry y Meghan no son los directores ejecutivos de La Empresa. Son empleados, así que las cosas no hay que hacerlas a su gusto. Pero, si eres familia, deberías tener la oportunidad de hablar y de que se te escuche.
Esas líneas difusas que se viven desde dentro de esa familia, es algo que cuesta tener siempre presente. Y es de donde vienen casi todos los males de Harry. Con todo lo que paso a principios de año, quizás vio un lado de William que estaba más implicado en el deber familiar, y que la reina ha vivido casi siempre anteponiendo el deber a la familia. Pero eso es algo que puede tener un impacto negativo en las vidas de los demás, aunque no te des cuenta en el momento.
Has hablado antes de que aprecias a Meghan por lo que representa en términos de cambio en la familia real. ¿Por qué crees que tantos medios vieron su llegada de otra forma?
Una de las cosas más emocionantes de los Sussex, con lo activos que eran en su trabajo, es que trajeron consigo un tipo muy distinto de cronista real. Y un público muy distinto al que había antes. Recuerdo estar´en partes remotas de Australia y hablar con chicas jóvenes aborígenes sobre cómo al fin habían encontrado a alguien entre los Windsor con los que era posible conectar.
A mí, que soy mestizo y corresponsal royal,también me ha supuesto un cambio muy bienvenido. Me sentía capaz de aportar un elemento distinto a la conversación que a otros no les entusiasmaba en exceso tocar. Sé que mucha gente se ha apartado del tema del racismo, y es algo que siempre he intentado tener presente porque siento que aún queda mucho por resolver en ese ámbito. Se dice demasiado lo de "Oh, son narcisitas, son egoístas, son niñatos mimados. Y ya". Pues no, hay bastante más por detrás. Hemos tenido que luchar con problemas de xenofobia, misoginia, racismo, ya fuese en las redes o en los medios. Estaba ahí. Ha contribuido a que hoy estemos como estamos.
Como soy alguien que no tiene necesariamente la apariencia que muchos británicos piensan que debería tneer un británico, soy más consciente de lo que denotan muchas de las cosas que se dicen y puedo verlas mejor. Como por ejemplo cuando empezaron a llamar a Meghan "la Duquesa Difícil". Incluso si lo hubiese sido –y creo que el libro arroja una luz muy distinta sobre ese tema– hay algo increíblemente dañino cuando usas ese tipo de lenguaje para describie a una mujer de color poderosa. Es algo que alimenta directamente los tropos machistas y racistas de los que ni en 2020 podemos librarnos. Hay una conciencia que algunos de los medios del Reino Unido no han tenido a la hora de abordar algunas de estas historias, y por la razón que sea, no quieren tener. Así que para mí ha sido realmente alentador ver las conversaciones que han surgido respecto a algunas de las historias que aborda el libro, porque cada vez más gente está incluyendo el asunto de la raza como parte de esas historias.
También es algo que está sucediendo al mismo tiempo que Meghan y Harry pueden prescindir de su neutralidad política y decir que es importante para ellos que existan ese tipo de conversaciones, tanto con lo que respecta a ellos como en lo que concierne a toda la sociedad.
Creo que la libertad que les vemos ahora es que pueden usar de verdad su voz para hablar de una problemática social distinta. Pese a lo progresista que la familia real pueda parecer en ocasiones, hay ciertos temas en los que no se permiten entrar en profundidad. El hecho de que no hayamos visto a ningún otro miembro de la famlia real pronunciar una sola palabra sobre el movimiento Black Lives Matter, que ha sido un asunto social muy relevante en el Reino Unido, no sólo en Estados Unidos –ha habido protestas por todo el país y el debate sigue abierto hoy–demuestra que hay ciertos asuntos que, en ciertos círculos, se ven como excesivamente políticos.
¿Cree que Harry y Meghan podrán reconciliarse con Kate y William después de esto?
Sólo hace falta echar un vistazo a lo que nos llega desde el lado de los Cambridge desde que hayan visto la luz algunas de las historias sobre Meghan y Kate que contamos en el libro. La pareja afirma que recibieron con los brazos abiertos a Harry y Meghan y que están muy sorprendidos por algunas de las cosas que se cuentan en el libro. ASí que creo que hay una cierta actitud a la defensiva que debería cambiar antes de que la relación pueda mejorar. Dicho esto, sé que por parte de Harry, los lazos de hermandad son algo realmente importante para él. Puede que ahora mismo no se hablen tanto o que no estén en la vida del otro como solían. Pero no lo veo como el fin de la relación. Lo veo como un momento en el que necesitan ir por su cuenta y actuar por libre.
Artículo publicado en la edición estadounidense de Vanity Fair y traducido. Acceda al original aquí.
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