QUÉ HA PASADO
• Los vecinos de Acacias se despiden de Bellita.
• Antoñito empieza a rendirse a los encantos de Natalia.
• Susana se decide a visitar a Genoveva en la cárcel.
El rumor sobre la situación económica que atraviesan los Olmedo empieza a correr por el barrio como la pólvora. Dispuesta a ayudar a los nuevos vecinos, Fabiana decide hacer una colecta junto con doña Carmen.
Cuando Sabina se entera de lo que sus amigas planean, se lo comunica a su marido. El matrimonio consigue frenar la recogida de dinero que ambas pretendían realizar. “No podemos aceptar que hagan ese sacrificio por nosotros”, comenta él.
Al quedarse solos, la pareja muestra su preocupación por las consecuencias policiales que tendrá para Miguel el robo de la sucursal bancaria. Roberto intenta, sin éxito, que su nieto se vaya a terminar sus estudios al extranjero.
Por su parte, Genoveva sigue manteniendo correspondencia con Susana, a quien ha pedido perdón por todos los crímenes que ha cometido. Incluso, ha fingido arrepentimiento delante de ella. En su última misiva, pide a la sastra que la ponga en contacto con el arcipreste Reguero, ya que piensa que con su apoyo podrá salir pronto de prisión.
Cuando el emisario de Dios se presenta en la cárcel, la presa le ofrece una suculenta fortuna a cambio de su ayuda: “Necesito que le hable bien de mí al juez que lleva mi indulto”. El hombre acepta encantado y una semana después la mujer es declarada inocente de los delitos que se le imputaron.
Al escuchar el dictamen del magistrado, Felipe pierde los nervios ante tal injusticia y es detenido. Ramón es el encargado de sacarle de los calabozos.
Horas más tarde, regresa a su hogar y se topa con su mujer que disfruta de su libertada y planea su venganza.
A su vez, en el altillo, Marcelina convence a Jacinto de que se una a Cesáreo y Servando en su nueva aventura: aprender a hacer malabares.
Después, la muchacha presenta a sus amigos a la famosa tía Benigna, que acaba de llegar del pueblo. La señora hace gala de su carácter fuerte y también autoritario, algo que no gusta a los empleados de Acacias.
Cerca de allí, Rosina sigue con sus sospechas acerca de la muerte de Bellita y la relación que mantienen José y Alodia. Domínguez, que se ha dado cuenta de las ideas que se empiezan a formar en la cabeza de su amiga, riñe fuertemente a su criada frente a ella, alejando cualquier atisbo de un posible romance entre ambos.
Además, le cuenta los detalles de la defunción de la artista.
Por otro lado, Anabel no soporta más la carga de mentir a Miguel sobre su pasado. La muchacha comparte su sentimiento de culpa con su padre y este le aconseja que le cuente toda la verdad al joven licenciado: “Lo mejor que puedes hacer es sincerarte. El amor con engaños no llega a buen puerto, querida”.
Durante la tarde, la chica se cita con su novio y revela lo ocurrido en México: “Aurelio y yo no solo estuvimos prometidos, sino que lo dejé plantado en el altar. Temo su revancha, él es alguien muy rencoroso y me da miedo lo que esté planeando”, confiesa a su amado, que se queda de piedra con tal revelación.
Quien también se lleva una sorpresa es Lolita al recibir una fotografías de su esposo en actitud un tanto cariñosa con la señorita Quesada.
Furiosa, se enfrenta a Antoñito, que intenta restarle importancia al asunto: “Simplemente estábamos conversando. No debes preocuparte por nada, ni pensar nada raro”.
Al caer la noche, el diputado recibe un mensaje del autor de las imágenes: tiene otras más comprometidas y se las enviará a su amada si no paga por ellas.
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