Silencio en la alfombra roja. Sorpresa máxima ante el arriesgadísimo look con el que se ha atrevido Cristina Pedroche, un giro radical desde el estilo sex bomb al que nos tiene acostumbradas. Como recurso publicitario, un diez. ¿Habrá alguien que no hable hoy de este mono naranja? Como prueba del algodón acerca de la versatilidad del equipo de la presentadora a la hora de jugar con su imagen, muchas dudas. No es nada fácil interpretar estilos que no están en la rutina profesional: si no se dominan los códigos, aumenta el peligro de caer en el disfraz. Además, hoy resulta imprescindible valorar el aspecto que una determinada prenda puede tener ante las cámaras y comprobar qué ángulo puede favorecer más. El tren superior de este mono es tan protagonista, que ni su diseñador se ha atrevido a mostrar una pose frontal del mismo.
Es fácil averiguar porqué: la suma de hombros y cuello perkins se come, literalmente, el cuello de quien lo lleve. Una de dos: o posees uncuello de cisne espectacular, o esas dimensiones te engullen. Que es lo que le pasa a Cristina Pedroche. El mono es un diseño vintage años 80, homenaje a Michael Jackson, de Fernando Claro. Y, es cierto, es precioso. Está confeccionado en crepé de seda y pertenece a la colección «The Power Of Dreams» (cuesta 1.750 euros). Lleva las clásicas mangas murciélago, con el puño ancho cerrado con corchetes, hombreras cuadradas XL y corte en V en pecho y espalda. El pantalón tiene corte carrot y ciñe a la cintura con fajín.
Sin embargo, no son solo las proporciones lo que no termina de funcionar en este look de Cristina Pedroche, al menos en foto. Entender la impactante presencia de este espectacular mono es, también, saber que va a eclipsar completamente a quien lo lleve. Es un diseño que se apodera de la persona totalmente, con lo que solo queda fluir a su favor y no tratar de competir con él. En el catálogo de Fernando Claro, la modelo lo luce con un simple engominado y un maquillaje minimalista. Solo se permite unos pendientes que remiten también a los años 80. Sin embargo, el labial morado y el bronceado de la presentadora no terminan de fluir con el espíritu de este mono, totalmente noctámbulo yalérgico a lo veraniego. Qué difícil es salirse con éxito del facilísimo vestido sexy que nos sabemos de memoria, ¿verdad?
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