El retrato más bonito de la princesa Ana, con un vestido de la diseñadora que creó su increíble traje de novia

La princesa Ana de Inglaterra cumple este sábado 70 años. A falta de grandes celebraciones, la Casa Real ha publicado tres nuevos retratos de la única hija de la reina Isabel II y uno de ellos es sobresaliente. La princesa viste un vestido blanco con delicados bordados de Maureen Baker, la misma diseñadora que creó su increíble traje de novia con cuello chimenea y grandes mangas para su boda con Mark Phillips en 1973. Un vestido en perfecta sintonía con su ideal en el vestir: la diseñadora se retiró en la década de los 90 por lo que ha tirado de ‘fondo de armario’ para un resultado espectacular. Lo ha combinado con un bolero de manga corta a juego de la diseñadora Sue Palmer a quien también ha recurrido para el traje verde de otro de los retratos publicados en este cumpleaños y que ya había usado con anterioridad.

La princesa Ana, especialmente sonriente, con el pelo recogido en su clásico moño, labios carmín y discretas joyas que solo hacen que convertir el momento en algo más reseñable aún, aparece sentada en un asiento dorado con tapizado beis y deja ver una estancia de muebles rústicos. La imagen la tomó el afamado fotógrafo, John Swannell, -ha retratado a buena parte de los miembros de la familia real británica, desde Diana de Gales a Isabel II en el Jubileo de Diamante en 2012, y a la princesa Ana durante cuatro décadas- el pasado mes de febrero en casa de la princesa en Gatcombe Park, en Gloucestershire, donde vive con su marido el vicealmirante Timothy Laurence, cerca de su familia y sus adorados caballos.


Allí también posa la princesa para los otros dos retratos: uno más formal con traje verde esmeralda y broche en forma de nudo engastado con 12 diamantes, y otro quizá el más representativo: con camisa de cuados sobre jersey de cuello alto delante de un gran árbol y mirando al horizonte en su finca antes de que el coronavirus hubiera hecho acto de presencia, el mundo cambiara y la princesa se quedara sin la gran fiesta que la reina quería organizar en Buckingham Palace. En lugar de festejo, la princesa disfruta de unos días navegando frente en la costa oeste de Escocia junto a su esposo.

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