Tamara Falcó ha deslumbrado en la boda de Tita Astolfi con un vestido estampado con volantes en la falda y grandes mangas abullonadas. Un diseño de la colombiana Johanna Ortiz, pertenece a la colección Resort 2020, ajustado en la cintura, que la hija de Isabel Preysler ha combinado con una cartera de mano y unas sandalias nude cediendo todo el protagonismo, como ha mostrado en sus stories de Instagram, al vistoso traje que ha escogido para presenciar el ‘sí, quiero’ entre Tita Astolfi y Fernando Mora Figueroa.
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La pareja se ha casado este viernes en Las Lomas, la finca familiar del novio en Cádiz, entre Benalup-Casas Viejas y Vejer de la Frontera. Los novios han querido celebrarlo en la intimidad, en este privilegiado enclave de más de 12.000 hectáreas dedicadas a la explotación agrícola –el rey Juan Carlos ha cazado allí perdices– donde se encuentra la capilla de Nuestra Señora del Buen Consejo, testigo del compromiso entre los recién casados.
A falta de ver una imagen de los novios, se sabe que Tita, hija de Juan Astolfi Pérez de Guzmán y Mayte González-Moguera, lleva un vestido diseñado por su buen amigo Jorge Vázquez, ahora director creativo de Pertegaz, creador también del vestido de Sassa de Osma para su boda con Christian de Hannover.
La boda de la sevillana y Fernando Mora-Figueroa –su familia se encuentra entre las 100 más adineradas de nuestro país con un patrimonio de casi 700 millones de euros– es una de las más esperadas de una temporada insólita como consecuencia de la crisis del coronavirus. Es, de hecho, una de las primeras parejas que han decidido retomar los planes para sellar su amor junto a sus seres queridos. Los más próximos, unos 150, les han acompañado en este día.
Un viernes de julio en el que algunos habrán recordado la otra vez que la sobrina del reconocido jienete Luis Astolfi, a quien en su día se relacionó con la infanta Elena, se vistió de novia para casarse con Gigi Sarasola, hermano del empresario Kike Sarasola. Ella tenía 20 años, él le doblaba la edad, las cosas no salieron como habían pensado, y 20 meses después decidieron separarse. Lograron la nulidad eclesiástica y 13 años después, Tita, que también disfruta de un gran momento en su carreara en las Relaciones Internacionales, ha vuelto al altar.
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