El Palazzo Sacchetti de Roma, uno de los edificios renacentistas más aclamados de la ciudad italiana, ha sido el lugar elegido por Alessandro Michele para la presentación de Epilogue, la colección Otoño/Invierno 2020-2021 de Gucci, durante la última jornada de la Semana de la Moda digital de Milán.
Ante la imposibilidad de poner en marcha las espectaculares puestas en escena a las que nos tiene acostumbrados, con shows que nunca dejan indiferente al espectador, el director creativo de la casa de lujo italiana ha querido mantener en vilo a los amantes de la moda en general y de la etiqueta en particular con una retransmisión en vivo de 12 horas en la que se ha ido desvelando el proceso de preparación, así como todos los looks de esta nueva colección.
Con este epílogo, Michele ha querido poner punto final a una trilogía que él mismo ha definido como «cuento de hadas en tres partes»; que arrancó en el mes de febrero con un homenaje al pensamiento creativo que puso el foco protagonista al ritual mágico de la moda, continuó con la campaña lanzada en mayo con lo cotidiano por bandera y que ahora finaliza con otro cambio de roles: la ropa la portan los creadores y no los maniquís.
En cuanto a la colección, destacan las combinaciones imposibles de estampados, tan características de la era Michele, las faldas plisadas, los cortes asimétricos, las referencias históricas y religiosas, así como la relevancia de los accesorios: bolsos, complementos para el pelo, cinturones, sombreros o gafas de sol adquieren gran protagonismo en cada uno de los looks.
«Mi cuento de hadas en tres partes aspira a suscitar un cuestionamiento de las normas, los roles y las funciones que hacen que el mundo de la moda siga girando. Es una investigación inevitablemente parcial e intencionalmente distorsionada: un juego descompensado en el que intento desmontar en andamiaje, ponerlo todo patas arriba, atraer la mirada hacia otro lado, desafiar las gramáticas con las que tratamos de dar nombre al misterio de la belleza», explicaba el director de la casa italiana. «En ese sentido, el epílogo que os entrego hoy se asemeja más a un preludio. Un punto de inflexión que se cierra y se abre al mismo tiempo, el umbral de un nuevo comienzo desde el que tratamos de visionar el mañana«.
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