Ha llegado el verano y con él el listado de suplementos que prometen para quemar grasa y adelgazar rápido tres o cuatro kilos. Y si quieres dar un toque aún más natural a tu dieta, siempre te queda la opción de acudir a un herbolario e hincharte a hacer y beber infusiones que te prometen que adelgazarás. Pero ninguna planta o suplemento hace milagros e incluso algunas de ellas pueden causarnos un problema de salud. Ese parece ser el caso de la usnea cuando se usa para perder peso.
¿Qué es la usnea y para qué sirve?
La usnea es un líquen cuyo principio activo más estudiado es el ácido úsnico que se ha investigado, sobre todo, por sus propiedades antibióticas. De hecho, durante siglos se ha empleado contra el resfriado en países como Alemania, Francia y Estados Unidos. Pero ese no ha sido el único uso que se le ha dado al ácido úsnico. Es tan ubicuo que lo podemos encontrar en todo tipo de productos: desde el té de Kombucha en China, India, Japón hasta en pastas de dientes. Y desde hace unos años se ha empezado a emplear para algo más que prevenir catarros: para perder peso.
El ácido úsnico se ha convertido en un ingrediente popular de algunos suplementos para bajar de peso, especialmente en productos que se anuncian como “quemagrasas”. El secreto de su éxito (no comprobado por la evidencia científica, todo sea dicho) es que el ácido úsnico es capaz de aumentar la tasa metabólica (hace que las células tengan que quemar más calorías de las habituales para realizar algunas de sus funciones) lo que ayuda a que perdamos peso rápidamente.
¿Puede el ácido úsnico provocar daño hepático?
El problema de estos productos que se nos presentan como suplementos naturales es que se venden como productos dietéticos, lo que significan que no pasan los mismos controles de seguridad a los que se somete a los fármacos antes de su comercialización, por lo que la prevención de sus efectos tóxicos puede ser complicada.
En Estados Unidos, por ejemplo, el ácido úsnico estuvo comercializado en dos formatos y uno de ellos se tuvo que retirar del mercado, concretamente el que en la misma pastilla asociaba la usnea con otras cinco sustancias que también prometían ayudar en la pérdida de peso. Pues bien, desde el momento de que se empezó a publicitar como ayuda para perder peso, la literatura médica describió 16 casos de toxicidad asociados al consumo de ácido úsnico, de los cuales ocho presentaron una hepatitis fulminante, uno falleció y a cuatro se les tuvo que practicar un trasplante. Si bien es cierto que todos los pacientes habían tomado dosis más elevadas de ácido úsnico de las recomendadas por el fabricante, el consejo de los expertos es que desconfiemos de los que prometen soluciones mágicas contra el exceso de peso.
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