Maquillar lo podemos hacer todas en casa, solo hacen falta unos productos básicos y algo de destreza ante el espejo. Pero conseguir el deseado efecto buena cara de los maquilladores profesionales exige algo más que unos brochazos de colorete aplicados por intuición. “La clave de un buen maquillaje, bonito y duradero, es la hidratación de la piel. El glow (o lo que es lo mismo, el envidiable brillo de las pieles bonitas) se trabaja desde la hidratación. Cuanto más hidratada esté una piel mejor va a ser el maquillaje, más tiempo va a durar y probablemente más vamos a ralentizar el proceso de envejecimiento de la piel”, nos avanza Iván Gómez, maquillador oficial de Chanel desde hace 13 años, en la presentación de la nueva colección de maquillaje de la legendaria firma francesa, bautizada Summer Of Glow. Menos pigmento (“es lo que más mancha la mascarilla y lo que más deshidrata la piel”, nos explica) y más agua: la clave está en hacer un maquillaje con una base de tratamiento. Esto nos lleva directamente al primer gran truco (de nueve) que nos revela este icónico maquillador…
1. Mezcla la mascarilla con la base y tendrás buena cara.
Camellia Repair Mask, de la línea Hydra Beauty de Chanel, es una mascarilla enriquecida con ingredientes activos hidratantes y nutritivos de camelia japónica Alba Plena (poderosa hidratante y, por cierto, flor que gustaba especialmente a Mademoiselle Chanel) y extracto antioxidante de jengibre azul, que “llena” la piel de agua y nutrientes. Y aunque está diseñada como mascarilla de tratamiento tradicional (“A mí me gusta dejarla actuar por la noche para que la piel absorba todas las propiedades de sus principios activos”, nos cuenta Gómez), también sirve como primer paso del maquillaje.
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“Tras el confinamiento y ante el verano la piel necesita un extra de hidratación. Así que recomiendo mezclar una pequeña cantidad de esta mascarilla de tratamiento con dos gotas del fondo de maquillaje: lo que consigo es un cóctel fundente y muy hidratante que va a reactivar la hidratación de la piel al mismo tiempo que unifica el color de base. La sensación es la de un maquillaje imperceptible, pero en realidad estamos dando a la piel un extra de cobertura e hidratación de hasta 12 horas”, revela el maquillador. La pareja perfecta en esta receta es Eau de Teint, de la línea Les Beiges, un agua de maquillaje mucho más ligera que cualquier base clásica: está compuesta por un 75% de agua, con lo que resulta altamente hidratante.
“Lo aplico con la brocha sobre la zona T del rostro (frente, nariz y barbilla) y a partir de ahí trabajo hacia los lados. Me gusta hacerlo así porque cuando aplico el fondo de maquillaje con color, al llegar a los contornos puedo difuminar el exceso hacia el cuello”, añade el maquillador.
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2. “El corrector, para corregir”.
La afirmación puede resultar una obviedad pero, según nos cuenta Iván uno de los errores más comunes entre las mujeres a la hora de maquillarse es dar por sinónimos al corrector y al iluminador. La otra equivocación, que también es reveladora, está en utilizar excesiva cantidad de producto. “El corrector es para la zona de la ojera. Solo se aplica ahí, donde hay pigmento oscuro que se quiere matizar. Un corrector no ilumina: iguala el tono más oscuro con el resto de la piel”, nos explica. Él lo aplica como segundo paso, debajo de los ojos, y lo difumina a toques con las yemas de los dedos.
3. La técnica del 3 o el secreto de los polvos bronceadores.
“Cuántas veces decimos los maquilladores que el polvo bronceador cumple una función muy concreta. Esta no es tanto subir el tono, que también, sino realzar los contornos del rostro, ahí donde hay hueso. Por ejemplo, en una piel pálida no puedo aplicarlo de forma homogénea por el rostro porque el resultado va a ser plano, sin volumen ni estructura. Lo ideal es hacer un juego de contrastes entre tonos oscuros y tonos claros. La zona del centro de la cara siempre tiene que quedar más clara y dejaremos más oscuros los contornos, que generalmente van perdiendo densidad y definición, pero que podemos realzar para que el envejecimiento no sea tan evidente. Empezamos en los parietales de ahí nos vamos a la parte baja del pómulo y de ahí a la mandíbula: es la llamada técnica del 3 (por el trazo que dibuja, visto desde el lateral del rostro). El polvo bronceador siempre tiene que ir en esa zona de contornos, nunca en la zona central de la mejilla, que es la del colorete. Este será más favorecedor si en lugar de tonos marrones, dorados o naranjas, es rosado o melocotón”, explica Gómez.
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“En este caso, los polvos Les Beiges Poudre Belle Mine Illuminatrice (de la colección Summer of Glow) son muy muy ligeros, lo que permite maquillarse de una forma muy natural e ir progresivamente subiendo el color. Recomiendo siempre que el polvo sea solamente uno o dos tonos más subido que la tez natural, y según vayamos bronceándonos, iremos consiguiendo un color más oscuro, lo que queda mucho más natural, más fino y más delicado”, añade.
4. El iluminador, en este orden.
Después de trabajar los contornos, el maquillador aplica el iluminador Les Beiges Fluide Enlumineur Belle Mine, de textura líquida. “Lo aplico con las yemas de los dedos en las zonas libres del 3, es decir, en la zona alta del pómulo y la zona baja de la mejilla, para hacer un contraste con la definición más oscura del polvo bronceador. Ese efecto visual de claroscuro define el rostro y potencia la luminosidad”, continúa Gómez.
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5. Qué tono de sombra de ojos elegir y cómo maquillar la pestaña para que parezca sublime pero natural.
“A los ojos verdes les van mejor las sombras marrones, a los de color miel les van los tonos más nacarados y los azules o fríos, se ven mejor con tonos rosados. Todas las sombras de la colección son ligeras, tanto de pigmento e intensidad, como en los tonos. En verano no concibo a la mujer con un exceso de maquillaje así que aplicarlo tampoco requiere de ninguna técnica: solo en el párpado móvil, nada de la cuenca, y con los propios dedos”, nos cuenta. “Y un truco: en todas las paletas de Chanel hay una sombra más clara, si aplicas un punto en la zona del lagrimal con este tono, provocarás un efecto de luz en la mirada cada vez que parpadees”, añade.
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“En cuanto a la máscara de pestañas, la idea es reforzar la intensidad pero que dé la sensación de que no estás maquillada. Habitualmente se suele deslizar el aplicador desde la raíz por toda la pestaña, pero para conseguir este efecto evidente pero natural, yo aplico un poco de Le Volume manchando solamente el nacimiento de la pestaña, y dejo la punta libre”, nos revela.
6. Un descubrimiento: la mousse que sube el bronceado.
“Tendemos a pensar que los polvos son el último paso a la hora de subir el color en un maquillaje. Sin embargo, cuando son tan ligeros como estos, permiten poner encima una mousse de bronceado como la evolución del legendario Soleil Tan de la firma, Les Beiges Crème Belle Mine Ensoleillée. Es una textura fundente ideal para quienes quieren verse ligeramente bronceadas sin que les haya dado aún el sol. La idea es reforzar de nuevo los contornos, pero arrastrar el producto hacia el interior del rostro para mejorar el tono global. El primer golpe tiene que ser siempre ahí, en los contornos, utilizando un pincel Kabuki, y a partir de esa descarga de producto voy difuminándolo hacia las zonas a las que me interesa aportar más tono. Cuando apenas queda ya producto en el pincel, lo deslizo por el puente de la nariz y las mejillas, de tal manera que se eleva el tono general pero de una forma muy difuminada”, cuenta Gómez.
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7. “Mira las orejas y verás si el bronceado es fake”
“Es muy importante difuminar el producto más allá de los límites de la cara. Más aún si llevas el pelo recogido: las orejas y su zona posterior es donde se delata si un bronceado es falso o natural”, recuerda.
8. El truco de los labios maquillados sin manchar la mascarilla.
Aunque la obligatoriedad de llevar mascarilla de protección está cambiando nuestra percepción del maquillaje, hay quien no quiere renunciar a maquillarse los labios. Pero, ¿qué hacer para evitar antiestéticas manchas en el tejido? “Si llevamos una mascarilla blanca durante mucho tiempo es muy difícil evitarlo. Pero sí podemos utilizar dos recursos: por un lado, un labial que sea más un bálsamo de hidratación con un poco de rubor que una barra convencional. Por otra parte, podemos probar el truco clásico de los polvos como fijadores del labial, eso sí, con una pequeñísima cantidad. Un polvo muy ligero, como Poudre Universelle Libre, en un solo golpe, será imperceptible pero dejará en el labio ese residuo de partículas que aportarán una mayor fijación”.
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9. Termina sellando con una bruma
“Decía que el efecto glow se trabaja desde la hidratación, con lo que me gusta sellar el maquillaje con un toque de bruma. Hydra Beauty Essence Mist (un suero hidratante en forma de bruma formulado con el activo exclusivo de Chanel altamente hidratante, el Camellia Alba) no pertenece a la colección de verano pero es perfecta porque ayuda a mantener la reserva de agua que necesita la piel. Y no hay nada como la hidratación para tener buena cara”, concluye Gómez.
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