Unas semanas después de que Meghan Markle hablara sobre la muerte de George Floyd en un discurso dedicado a los alumnos que se graduaban del instituto, ella y el príncipe Harry ya están empezando a respaldar sus palabras con acciones. Su visita del miércoles a Homeboy Industries, una organización sin ánimo de lucro de intervención de pandillas de Los Ángeles, parecía una visita normal, aunque con algunas mascarillas y redecillas para el pelo. Pero detrás de las cámaras, han respondido rápidamente a la víctima de un posible delito de odio y contactando a varios CEO para hacer algunos cambios políticos; acciones que podrían haber sido mucho más difíciles de hacer si aún fueran miembros de la realeza.
El sábado, Meghan hizo un llamado a Althea Bernstein, una mujer de Wisconsin que fue víctima de un presunto ataque racista la semana pasada, para alentarla. Según Madison365, Bernstein, una paramédica de 18 años, conducía en Madison cuando varios hombres que gritaban insultos raciales le rociaron la cara con líquido para mecheros y le lanzaron uno encendido. Sufrió quemaduras de segundo y tercer grado en la cara y el cuello.
Meghan fue pudo contactar con Bernstein gracias a Michael Johnson, portavoz de la joven y presidente del Club de Niños y Niñas del Condado de Dade, después de que mencionara su historia durante una llamada. "Ella aplaudió (a Bernstein) por la forma en la que respondió", dijo Johnson el domingo en las noticias de Channel3000 de Madison. “(Meghan) dijo más o menos: ‘Hola, Michael, dame su número de teléfono. Quiero ponerme en contacto con ella. Y avísame cuando quieras que regrese y hable con la gente en Wisconsin ".
Según Johnson, Meghan y Bernstein conectaron por su herencia birracial compartida y hablaron sobre su fe. Meghan también mencionó la importancia de cuidarse a uno mismo, un tema que ya había mencionado en conversaciones con víctimas de violencia en el pasado. "(Bernstein) está sufriendo. Es un desafío para ella, es muy, muy emotivo ", dijo Johnson. "Hablé con ella tres o cuatro veces hoy, y te diré que Meghan le levantó el ánimo".
Desde que dejaron la familia real, Meghan y Harry han estado en contacto con líderes de negocios y expertos en filantropía, pero ahora parece como si estuvieran usando sus conexiones para ayudar al activismo. El sábado, Axios informó que la pareja se había involucrado en la campaña #stophateforprofit, un grupo de organizaciones de derechos civiles que insta a los anunciantes a boicotear a Facebook por no en frenar el discurso de odio. Según el medio, Meghan y Harry han mantenido conversaciones con los CEO para promover la campaña y explicar cómo se propaga el contenido de odio de forma online. Cuando se lance su nueva caridad Archewell, la pareja planea continuar trabajando en la seguridad y la salud online.
Desde que Meghan se convirtió en duquesa en 2018, ha usado varias tácticas de la familia real a la hora de interaccionar con miembros del público, principalmente aliándose con instituciones de las que está orgullosa e interactuando cara a cara con gente que está directamente afectada. Mientras Meghan y Harry trabajaban como senior royals, no tenían permitido hablar sobre políticas o involucrarse en temas controvertidos. Aunque han estado muy interesados en temas de salud mental y redes sociales, una campaña de presión contra el discurso de Facebook probablemente se habría quedado fuera de sus límites.
Ahora que la pareja está en América y la pandemia limita su capacidad de viajar o de realizar reuniones personales sin equipos de protección, están actuando a su manera. Es una coincidencia que Meghan y Harry se encuentren en los Estados Unidos justo cuando comienza una nueva conversación urgente y necesaria sobre la raza. Pero hasta ahora, han utilizado parte de su nueva libertad para abogar por algunas causas que ya apoyaban antes, de una manera totalmente diferente.
Artículo publicado originalmente en la edición estadounidense de Vanity Fair y traducido. Acceda al original aquí.
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