¿Cuántas veces ha implorado Rocío Flores a su madre, Rocío Carrasco, que le dé la oportunidad de poner la primera piedra de la reconciliación tras ocho años sin tener contacto? Ha sido su tema recurrente durante todo su concurso en ‘Supervivientes 2020’. También, el argumento central de esa primera exclusiva que ofreció el pasado miércoles en la revista ‘Hola’.
Precisamente atendiendo a esa entrevista, Terelu Campos era preguntada por el asunto en ‘Viva la vida’ este fin de semana, atendiendo a la relación casi fraternal que guarda con Carrasco desde que tenemos uso de razón. Y si bien es cierto que la colaboradora siempre ha sido muy reservada con todos los temas que tienen que ver con su amiga, en esta ocasión sí quiso arrojar algo de luz para que se entienda qué lleva a una madre a no levantar el teléfono para intentar restablecer la normalidad.
Tras dejar claro que ha visto a Rocío superada en estas semanas de la dura presión mediática en la que le ha situado su propia hija con sus palabras sobre Honduras, lanzaba unas palabras llenas de dobleces y misticismo: «Creo que Rocío no habla de cosas porque piensa que podría hacerle daño a las personas que más quiere en el mundo. Para poderte defender tienes que dar un paso en determinadas cosas aunque no quieras hacerlo porque piensas que le estás perjudicando tú como madre a tus hijos».
Así argumentaba esa ley del silencio que se ha autoimpuesto desde hace mucho tiempo la hija de La más grande, y ponía sobre la mesa que hay una razón de peso para que no se produzca ese encuentro en el que pudiera acercar posturas con la joven: «Yo sé el porqué no se reconcilian y lo entiendo. Hay una parte que la entiendo y esa parte es en la que ella se pueda quedar desprotegida. El tema es que alguien luego se pueda beneficiar de algo que ella querría tener y estar en la más absoluta intimidad«.
Sin decirlo, Terelu se refería a Antonio David Flores, exmarido de Carrasco y padre de la criatura (y al que vemos de manera habitual en ‘Sálvame’, un escaparate maravilloso para contar lo que Carrasco quiere que se quede de puertas para dentro de casa).
«No es verdad que sea así ‘llama a tu hijo y se acabó’. No es así, seamos honestos. Hasta aquí llegó», proseguía, asegurando que su madre, María Teresa Campos, ha intentado que esa llamada se produzca, pero que las reticencias de Rocío pasan por esa complejidad de la situación, porque se haga público algo que, entiende, solo debería concernir a ellas dos.
«Me encantan las mujeres madres que sois capaces de dar lecciones a las demás«, remataba con esa ‘pullita’ a quienes han osado dar consejos u opiniones a Carrasco sin saber el trasfondo del asunto.
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