El 80º cumpleaños de la reina Margarita II de Dinamarca ha muy diferente a lo que ella y todo Dinamarca habrían podido esperar. Estaba previsto para la especial fecha que la reina pudiera escuchar las felicitaciones del pueblo danés desde el balcón del castillo de Fredensborg, como es tradición. Sin embargo, la pandemia del coronavirus obligó a los ciudadanos del país a quedarse en su casa y a Margarita a contemplar varios cambios en lo establecido. La monarca se tuvo que conformar con salir en camisón a escuchar a varios trabajadores del castillo cantar Dinamarca, mi patria desde el balcón y tampoco pudo ver a ningún miembro de su familia en persona, por lo que sus ocho nietos le grabaron un vídeo de felicitación. Gracias también a las tecnologías, Margarita disfrutó por televisión de una retransmisión en directo de decenas de daneses cantando para ella desde sus ventanas.
Ahora que la situación empieza a relajarse y las medidas sanitarias permiten mayor flexibilidad, algunos miembros de la familia real danesa –en concreto Federico y Mary de Dinamarca– han acompañado a la reina en la presentación de una exposición que rinde homenaje a su figura. Organizada por el Museo de Historia Natural, la exposición ‘The Faces of the Queen’ está formada por una gran cantidad de obras de Margarita, entre las que se incluye su nuevo retrato, pintado por el artista Niels Strobek.
El artista, acostumbrado a pintar a la reina, ha retratado uno de los vestidos más especiales de la reina Margarita. Aunque su vestidor está caracterizado por acoger montones de piezas originales e inesperadas, este diseño en amarillo tiene una larga trayectoria. Se trata de un atuendo realizado a partir de una tela para cortinas de seda italiana que Margarita de Dinamarca ha llevado en diferentes ocasiones y de formas muy distintas.
La reina de los daneses es también la reina de la reutilización a la hora de vestir, una cualidad de la que podríamos aprender ahora que es más necesario que nunca apostar por la sostenibilidad. Margarita lleva siendo ecológica desde hace años: sus grandes vestidos con infinitos tules y sorprendentes volúmenes son fáciles de convertir en otro tipo de piezas más versátiles o ‘sencillas’. El vestido amarillo confeccionado en tela de cortinas fue concebido originalmente como un gran vestido para bailes y eventos muy formales de noche. Tanto es así que lo lució en la fiesta por el 50º cumpleaños de su hermana Benedicta, acompañado de su especial conjunto de joyas de esmeraldas formado por una tiara, un gran collar y unos llamativos pendientes.
El intrincado diseño destacaba por su escote en forma de corazón, sus mangas abullonadas y su falda con volumen y plisados. Todos ellos elementos que la reina modificó para poder seguir luciendo el vestido en el futuro como uno de cóctel. La reina de Dinamarca lo escogió durante su visita oficial a Estados Unidos del año 2011, para asistir a una cita en el Kennedy Center en la que disfrutó junto a su ahora difunto marido de una actuación de la Royal Danish Ballet. Entonces, el volumen de las mangas se había visto reducido de forma considerable, de la misma forma que el de la falda, que además era más corta y el plisado trasero había sido desplazado hasta el lateral. También decidió cerrar el escote y desentallar ligeramente la cintura. Aunque cabe destacar que la reina volvió a combinar la asombrosa prenda con el mismo clutchdorado con un cisne bordado.
En el nuevo retrato, los accesorios de la reina son un chal de piel negro y unas joyas de grandes perlas. Antes de ver la obra en la que Margarita lleva el maravilloso vestido, la reina ha recibido a niños de diferentes zonas del país que le han dedicado dibujos sobre lo que significa su figura para ellos, en relación con su municipio. Lo ha hecho ataviada de nuevo con un llamativo vestido floral, el estampado con el que tanto se identifica.
Fuente: Leer Artículo Completo