La carrera presidencial de Donald Trump estuvo llena de polémicas que hicieron creer a muchos analistas que tenía muy complicado llegar a la Casa Blanca. Pero al final, contra todo pronóstico, el magnate se convirtió en presidente de los Estados Unidos. Un cargo que no solo cambió para siempre su vida, sino también la de toda su familia.
Especialmente la de su mujer Melania Trump, que soportó todos esos meses al lado de su marido con una sonrisa hierática mientras la prensa mundial dedicaba páginas y páginas a cuestionar la honestidad del candidato republicano. Aunque en su caso, según suele decirse, la procesión iba por dentro.
Porque no es que a Melania no le importara todo lo que se decía de su marido, sino que ella solo estaba esperando el momento adecuado para sacar ventaja de ello. Al menos eso revela una biografía no autorizada que acaba de publicarse en Estados Unidos sobre la primera dama en la que se explica cómo nada más salir elegido Trump en las elecciones la exmodelo aprovechó la situación para renegociar su contrato prenupcial e incluir nuevas cláusulas que aseguraran financieramente tanto su futuro como el de su hijo Barron.
Como todo el mundo recordará, cuando llegó el momento de que la familia se mudara a la residencia presidencial en Washington lo hizo solo el presidente, que tuvo que esperar varias semanas a que su mujer y su hijo abandonaran Nueva York para instalarse allí con él.
La versión oficial por aquel entonces fue que Melania tuvo que quedarse atrás para solucionar el traslado de colegio del muchacho. Pero según asegura Mary Jordan, periodista del Washington Post y autora de este libro llamado The Art of Her Deal, la realidad es que Melania amenazó con no mudarse y provocar así otro escándalo más para el presidente si Trump no accedía a sus peticiones.
Al parecer, la primera dama estaba realmente molesta con todas las informaciones sobre supuestos acosos sexuales que habían aparecido en la prensa durante los últimos meses. Por eso decidió que, en previsión de lo que pudiera pasar en el futuro, lo mejor para el matrimonio era retocar el acuerdo prenupcial.
“Ella quería una prueba de por escrito de que en todo lo relacionado con herencias y finanzas su hijo en común, Barron, sería tratado en total igualdad de condiciones que los otros tres hijos mayores de Donald Trump”, escribe Jordan en esta biografía para la que ha entrevistado a más de 100 personas.
Que en junio de 2017, acabado el curso escolar en Nueva York, Melania y el pequeño se mudaran por fin a la Casa Blanca sería señal de que se llegó a un acuerdo. Otra cosa muy distinta es qué pasará con el matrimonio cuando llegue el momento de abandonar la residencia. De momento, este mes de noviembre hay otra vez elecciones. Y las encuestas ahora mismo no están muy bien para el actual presidente. Aunque nunca hay que fiarse.
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