Para David Delfín todas las artes par- tían del mismo lugar: la inquietud. Aquel gran diseñador contestatario, irreverente y visionario, que hizo de esa inquietud bandera, nos dejó hace ya casi tres años. Pero no solo su legado continúa vivo; a veces, muchas veces, se respira todo aquello que Diego David Domínguez González (Málaga, 1970 – Madrid, 2017) había tocado en vida. Escribió Charlotte Bronte que «una mente alterada provoca una almohada inquieta», y quizá eso es lo que más distinguió a David. Hay quien habla de creador total, de genio absoluto, de artista contemporáneo… Pues son muchos los que piensan que utilizó la moda como vehículo para crear un universo particular de libertad y transversalidad. Fotografía, poesía, pintura, vídeo, diseño y hasta arquitectura. Son pocas las disciplinas con las que no se atrevió.
Ahora, en el año en el que el malagueño cumpliría medio siglo, Madrid le rinde el mejor de los homenajes con una exposición que recorrerá su universo creativo, el de uno de los grandes creadores de los últimos tiempos. Comisariada por Raúl Marina, la muestra (prorrogada hasta el 26 de julio en la Sala Canal de Isabel II) transitará las claves e influencias de David a través de más de 60 piezas. Todo un tributo al que nos hemos querido sumar desde las páginas de Harper’s Bazaar uniendo a todos aquellos (al menos, una notable representación) que formaron parte de su vida, de su trabajo y de su cosmos. «¿No lo sientes?», pregunta Bibiana Fernández. Asegura que no sabe vivir con su ausencia porque, para ella, «David está siempre presente en las decisiones y valoraciones» de su día a día. Le siente a su lado como esa especie de amante que te observa a cada paso. Y es que lo lleva tatuado en su espalda. Yo a ti +. Una diminuta frase sin verbo que encierra toda una historia de amor. Era la respuesta al ‘Te quiero’ que Bibiana le lanzaba a su tía Esperanza cada vez que iba a visitarla a la residencia. Simple. Llana. Yo a ti +. Cuando David Delfín oyó aquella historia, la llenó de pañuelos, cerámicas y hasta zapatillas con esa breve inscripción.
Y es que el creador colmó de amor a todos los que lo rodeaban, «era ese hilo que cosió las heridas, las cicatrices y el alma de todos nosotros», confiesa Melania Pan, primera directora de Harper’s Bazaar en España y, cómo no, otra gran enamorada de su talento y de su bondad. Porque con esa bondad también llegó al corazón de Pelayo Díaz, quien cada vez que bajaba de Asturias a Madrid se pasaba por la tienda de David para conocerlo en persona. Pero… nunca estaba. Hasta que se coló en uno de sus desfiles y se tropezó con Bimba Bosé. Le suplicó que hiciera las presentaciones. «Ella picó su puerta y dijo: ‘¡David, mira lo que te traigo!’. Cuando vi sus ojos, sentí el flechazo». También cayó rendida a sus encantos Olvido Gara, que lo conoció cuando un desconocido David formaba parte del grupo de cabaré Productos Lola. Por entonces, ella regentaba la sala de fiestas Morocco y Delfín era bailarín en la noche House of Devotions: «Si me preguntaras si David era en el año 93 un artista absoluto te habría respondido lo mismo que ahora. Ya era una estrella, y entonces solo bailaba». Él formó parte de la vida de Olvido y Mario los últimos 20 años, tanto que el malagueño acompañó a Vaquerizo el día de su boda, fue el diseñador de su esmoquin y hasta lo maquilló: «Era mi hermano. Desde que lo conocí fui mejor persona y eso se lo voy a agradecer de por vida».
Quien tampoco podrá olvidarlo por el día de su boda será la galerista Topacio Fresh. «Yo perdí la alianza de casada, un Trinity de Cartier, y quise comprarme el mismo anillo. David me aconsejó que adquiriera otro por las dudas, por si aparecía. Lo hice. Me compré el Love de Cartier. Cuando en 2017 murió David, apareció el Trinity. Hoy, para este reportaje, lo llevo puesto». Para la publicista y comunicadora Macarena Blanchón trabajar junto a él fue una experiencia inolvidable, «pocas veces me he encontrado con un gran comunicador como él, con un creador total y con tanto talento». Y es que Delfín llenó su cabeza de poesía y de arte, de diseño y perseverancia, de palabras y dibujos… Rossy de Palma, otra hermana para él, deja una pregunta en el aire: «Era un visionario, nos anticipaba muchas cosas a nivel arte, te hacía reflexionar… ¿Cómo vería él el mundo este nuestro de ahora?». A lo que Bibi le responde: «Cómo ve, en presente, porque está aquí, entre nosotros».
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