QUÉ HA PASADO
• Camino culpa a su madre de su infelicidad.
• Felipe promete ante la tumba de Marcia que la vengará.
• Méndez quiere que Laura se retracte de su testimonio.
Después de que Anabel contara a los vecinos que había perdido sus genitales en la guerra, Ildefonso está destrozado y no se atrave a salir de su casa por miedo a las burlas. Por si fuera poco, su abuelo, el marqués de Pantones lo rechaza. La única que está a su lado es Camino.
A pesar de amar con todas sus fuerzas a Maite, no puede evitar sentir compasión y cariño por su esposo en tan duros momentos. “Te prometo que yo no quería que pasara esto. Siento que tu secreto se haya divulgado por el barrio”, asegura la mujer.
Por otro lado, Felicia está harta de las disputas con su hija. Tras una nueva y acalorada discusión, la hostelera termina desmayándose. Marcos es quien la encuentra y, preocupado por su estado, decide pasar la noche en su piso cuidándola.
Al día siguiente, la señora se levanta bastante recuperada y agradece a su prometido las consideraciones que ha tenido con ella: “Eres un buen hombre, siempre estás pendiente de mí”. La pareja se deja llevar por su amor y terminan besándose en la soledad de la alcoba.
Cerca de allí, Bellita se encuentra muy ilusionada con la idea de grabar un disco, pero teme quedarse un poco anticuada con sus canciones. Para darles algo de originalidad, decide integrar en ellas el famoso grito borreguero de Jacinto.
Este se muestra ilusionado y acepta la propuesta de la señora. A quien no le cae tan bien la noticia es a Servando, que por envidia, empieza a malmeter contra el portero.
Ajeno a lo que ocurre con sus vecinos, Felipe ha ideado un plan: piensa marcharse a Cuba en busca de Becerra y así hacer justicia a Marcia por su asesinato.
Genoveva intenta impedir que se vaya, pero sus súplicas no surten ningún efecto, solo provocan el enfado de Velasco.
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