Máxima y Guillermo, del aplauso a la polémica: la lujosa redecoración de sus aposentos fue pagada con dinero público

El rey Guillermo Alejandro I de Países Bajos no pagó la renovación de sus aposentos privados en el palacio Huis ten Bosch, su residencia oficial en La Haya. Según recogen los principales periódicos holandeses, lo normal hasta hace poco era que los gastos de interiorismo de las distintas residencias reales corrieran a cargo de la partida anual de 5 millones que la casa real recibe de los presupuestos generales. Esta vez, por el contrario, el gobierno de Países Bajos no hizo distingos entre aquellas habitaciones de uso oficial y las que la familia real utiliza de manera privada y, en consecuencia, el Estado pagó la suma total de las obras de reforma del palacio, renovado por algo más de 63 millones de euros. Una suma notablemente superior a los 35 millones que se estimó que costaría la reforma cuando en 2013 comenzaron las obras.

Qué parte de esa cantidad fue destinada a pagar la nueva decoración de las habitaciones privadas de la familia real es algo que el ministerio del Interior de Países Bajos no ha querido desvelar “para proteger la privacidad del rey, y porque no se hizo una división por alas, una privada y otra pública”. Sin embargo, el ministerio sí ha aclarado que el rey tuvo libertad para decorar su residencia oficial a su gusto, eligiendo elementos como la tapicería o la iluminación. Durante la presentación a la prensa del palacio el año pasado, el propio monarca ya contó que sus tres hijas habían sigo quienes escogieron el color de sus dormitorios.

Construido en el siglo XVII para Federico Enrique de Orange-Nassau, el palacio de Huis ten Bosch fue la residencia oficial de la anterior reina Beatriz. Tras la subida al trono de Guillermo Alejandro I en 2013, se pensó que el palacio necesitaba una reforma, así que el nuevo monarca permaneció temporalmente con su familia en Villa Eikenhorst, la casa que el actual rey y Máxima de Holanda ocuparon como príncipes herederos y en el que criaron a sus hijas. No fue hasta el año pasado cuando la familia real holandesa se mudó a Huis ten Bosch, desde donde estas últimas semanas les hemos visto trabajar a distancia.

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