No entiendo a la gente que cuando cambia de casa reproduce exactamente su casa anterior en la nueva. Todos arrastramos recuerdos de un lugar a otro, obvio, pero colocarlo todo exactamente igual… No sé, me parece extraño.
Cambiar de casa, construir una nueva, tiene un componente espiritual muy fuerte. Duele dejar la antigua (bueno, a veces no, si se ha sufrido mucho en ella), se sumerge una en el caos una semana larga, y tiene que ponerse a la tarea de construir un nido nuevo.
Con todo, es muy diferente si el nido lo construyes en solitario, si invitas a “un pájaro” a compartirlo cuando ya está completo, o si lo montáis entre dos desde cero. He pasado por todas esas circunstancias y una más: cuando se va él y eres tú la que se queda en el nido, que era de dos y tienes que volver a hacerlo propio.
Esta es la sexta casa en la que vivo en Madrid, y la novena en la que vivo desde que salí de casa de mis padres. Y de todas ellas, solo dos las he montado yo sola, sin que tuviera una pareja o tuviera que adaptarla porque ya no la tenía.
Desde la experiencia puedo decir que las casas que más disfruto son las que monto sola. Entiendo que son una extensión de mí. También son con las que me siento más a gusto si después tengo que compartirla. Intento siempre que sean un hogar, que se vea que es una casa donde vive alguien. No tengo televisión, pero tengo libros y cuadros, y muchas plantas.
Cuando ligaba en una noche loca y terminaba en una casa desconocida, salía casi a las carreras al día siguiente. No me sentía confortable para nada. También he de decir que he estado en cada casa que telita, parecían el decorado de una peli de estudiantes universitarios (gente ya entrada en la treintena). O eso o a punto estabas de llamar al Samur Social para que lo recogieran todo y lo metieran en un contenedor… Hay que ver en los sitios donde vivimos a veces (y la gente a la que nos tiramos con el apretón, virgensanta). Y nos sorprendemos del coronavirus… poquito nos pasa.
¿Sabéis? La primera cita con Amante no fue de cañas ni nada de eso, fue en mi casa (soy una desvergonzada, lo sé), mi casa anterior. La próxima cita con Amante será en mi nueva casa, que no conoce. Creo que vamos a tener que empezar a celebrar dos aniversarios: la primera vez y la primera vez post-cuarentena.
Pero como la gente siga haciendo el imbécil lo vamos a tener que celebrar en Navidad, cuquis. Así que sed buenos, y no nos fastidiéis a los demás, anda.
#diasextraordinarios
#MantenedLaDistanciaDeDosMetrosNoSeaisMalajes
#PoneosLaMascarilla
#SacadALosNiñosDeUnoEnUno
#NoQuedeisParaJugarPachangasEnElParque
#LosAmantesQueremosPoderVernos
#HacedloBienOnoVamosaSalirEnLaVidaCoño
///////////////////
PREGÚNTALE A PEPA
¿Tienes un dilema sentimental que no puedes contar en tu entorno? ¿Necesitas compartir tu historia o desahogarte con una desconocida? ¿No tienes ni idea de cómo empezar a utilizar una app para citas y quieres consejo? ¿Te apetece ponerme a caer de un burro? ¿Te ha pasado algo digno de salir en nuestras SITUACIONES BOCHORNOSAS? No te cortes, escríbeme a [email protected], o por Twitter a @amorentinder, o en Instagram a @amorentinder, o en Facebook a Pepa Marcos – El amor en tiempos de Tinder
Fuente: Leer Artículo Completo