Javier Goyeneche, fundador y presidente de Ecoalf:“El mejor para el planeta”, afirma el empresario que desde 2009 abandera con su firma Ecoalf un consumo responsable en ambas direcciones, desde el punto de vista del productor y del comprador. “El modelo de negocio actual con novedades cada mes y el concepto de comprar y tirar está creando un impacto terrible en términos de consumo de recursos naturales, energía y emisiones”, asegura.
Las necesidades pasan por redefinir calendarios de temporadas, para que no se produzcan incongruencias como abrigos a la venta en julio o bañadores en enero, así como retrasar los periodos de rebajas para que no coincidan con las estaciones meteorológicas. Pero no es el único pilar que, cuando la polvareda que esta situación ha levantado comience a posarse, tendrá que sostener la industria. La transparencia y trazabilidad en la cadena de suministros, el desarrollo de tejidos inteligentes a base de materiales reciclados, priorizar los materiales locales y la artesanía, o la circularidad son otras piezas que deberán encajar dejando las menos fisuras posibles.
Benedetta Tagliabue, arquitecta: El confinamiento ha sido, para muchos, el periodo más largo que han pasado entre las paredes de su casa. “Nos hemos dado cuenta de que tienen que ser lugares cuidados, con aire, luz, con una ventana por la que entre el sol o, mejor aún, un balcón. Y si es un lugar pequeño, tiene que estar bien diseñado”, reconoce la arquitecta del estudio Miralles Tagliabue EMBT. Esa casa refugio, debería estar “construida con materiales saludables y crear un ambiente sano, más cercana a la naturaleza”. A su juicio, esta crisis ha desvelado también la necesidad de espacios públicos de mayor calidad, cercanos a la naturaleza, más amables para peatones y bicicletas, capaces de crear un sentimiento de comunidad. “Cuando hemos podido salir, hemos visto que esos espacios públicos son un auténtico lujo, porque no hay suficientes. Es importante que los municipios apuesten por ellos”.
Alejandra Vallejo-Nágera, psicóloga y profesora: Si en algo ya ha cambiado ha sido en la forma de relacionarnos: “Como pueblo latino, extrovertido y social, tenemos grabado a fuego el contacto físico. Es fácil olvidar la distancia física obligatoria”. ¿Cambiará eso nuestras relaciones? ¿Serán más reducidas pero más sólidas? ¿Estaremos más cerca de esos vecinos a los que hemos conocido en los balcones? “Me gustaría pensar que sí. Nuestro entorno será reducido, más bien por razones económicas. Pero estamos juntos y eso es lo importante. Viajaremos menos, gastaremos menos, pero nos comunicaremos más”.
El confinamiento nos ha hecho revisar prioridades: “Nos ha vuelto la mirada hacia aspectos sencillos pero importantísimos, que nos habíamos olvidado de disfrutar. Lo cotidiano, la familia, los amigos, la música, la lectura, la cocina a fuego lento, mirar al cielo desde la ventana. Lo que siempre estuvo, pero no éramos capaces de percibir. Se nos ha hecho difícil pararnos y eso ha alentado las ganas de sentirnos útiles, de ahí los gestos de solidaridad. Gracias a ellos, todos hemos salido ganando”.
Christina Rosenvinge, cantautora y escritora: Hace más de una década la cantautora Christina Rosenvinge decidió que la bicicleta no era solo para el verano. “Me deprimía cuando en septiembre volvían la gente y los coches, y tenía que guardarla”. La incorporó a su día a día y desde entonces recorre Madrid a golpe de pedal. A los beneficios conocidos –“no ocupa espacio, no hace ruido, no emite gases y la persona que la utiliza realiza ejercicio”–, añade otros a raíz del Covid-19.
“La alternativa para reducir la contaminación, el transporte público, tiene más riesgo de contagio”. Por eso es optimista respecto a la apertura de carriles específicos. “Los políticos están más receptivos, es un buen momento para que los ayuntamientos nos escuchen. La urbe del siglo XX estaba pensada para los coches; la del siglo XXI es para las personas”. Y echa mano de otra crisis: “Siempre se habla de que en España no hay esta tradición, que es algo más propio de los países del norte de Europa. Lo curioso es que allí hicieron la transición del coche a la bici durante la crisis del petróleo de 1973”. No es solo una oportunidad para dinamizar las ciudades, también su economía. “La gente que va en bicicleta compra más en las tiendas. Es más fácil bajarse de ella que buscar aparcamiento”.
Carina Szpilka, presidenta de Adigital: “Hemos vivido una digitalización a marchas forzadas, tanto a nivel personal como de las empresas”, reconoce Carina Szpilka, presidenta de la Asociación Española de la Economía Digital (Adigital). Si muchos españoles se han convertido en fieles usuarios de Zoom, han hecho la compra por Amazon, han consultado al médico por app y visto a su familia por videollamada, las empresas “se han visto forzadas a crear procedimientos de teletrabajo. Las que llevaban la digitalización más avanzada han tenido continuidad, el resto han sufrido más”.
“Ha habido una formación acelerada y está muy bien, porque uno de los problemas en España es la capacitación en el conocimiento y uso de herramientas digitales”, afirma Szpilka, quien reconoce que ha quedado a la vista la brecha digital: “No todos tienen acceso a un ordenador o a internet. Pero todos tenemos que trabajar para que esa brecha se reduzca. Es una responsabilidad compartida entre la Administración, que tiene que poner herramientas, recursos y financiación; las empresas, que deben formar a sus plantillas; y cada uno de nosotros, que tenemos que subirnos a esta nueva manera de hacer las cosas”.
Las plataformas de ocio por streaming y las empresas de venta online han salido reforzadas, pero no son las únicas. “Más allá de sectores, esta crisis va a acelerar la transformación de las empresas. Las ganadoras serán las que tengan más capacidad de innovación y se adapten a cualquier entorno”. A su juicio, “podemos construir un escalón en el progreso de la humanidad, aprovechando la unión de tecnología, ciencia e innovación. Nos toca remar, pero tenemos la oportunidad de repriorizar y construir el futuro que nos guste”.
Magali Yus, comunicación de El Corte Inglés: Con 90 centros en España y Portugal y cerca de 90.000 empleados, El Corte Inglés es el gigante de la distribución nacional y la referencia indispensable del consumo para millones de españoles. Magali Yus, del Departamento de Comunicación, nos desvela cómo cambiarán nuestros hábitos. “Hay sectores como la alimentación que ya tienen experiencia en la gestión de la pandemia; el resto despegarán de forma progresiva, a medida que crezca la confianza ciudadana. En nuestro caso, ya contamos con un protocolo de seguridad probado por la actividad que hemos tenido en supermercados e hipermercados”. Sobre las preferencias en las compras, no habrá grandes diferencias: “Ya no hay un cliente físico y otro digital. Hay un solo cliente, al que debemos servir por el canal que decida. Muchos clientes han recibido como una grata sorpresa servicios como Click & Car o la Entrega en el Día. Seguirán buscando experiencias de compra en las tiendas y nuestro papel es adaptarnos para satisfacer todas sus necesidades”.
Isabel Coixet, directora de cine: Estos dos últimos meses, la cineasta Isabel Coixet ha estado editando desde casa, en remoto, su nueva película, Nieva en Benidorm. Es la historia de un jubilado británico que desordena su vida monástica en la Meca del turismo. “Es raro ver las escenas que grabamos allí, con los paseos llenos de gente, corriéndose juergas y borrachos en la calle”. ¿Cómo serán los rodajes ahora? “Desde la Academia de Hollywood me llegan mails cada día explicándolo, pero no queda claro”. Tampoco es el momento de hacerse preguntas difíciles. “Tengo tantas ganas de ir a los sitios que ya conozco como de descubrir lugares nuevos”. Entre los primeros, los cines Verdi de Barcelona, a los que irá a la primera sesión cuando abran. En la otra categoría, el Cenador de Amós, el restaurante de Jesús Sánchez.
Carmen Matutes, subdirectora general de Palladium Hotel Group: Entre la incertidumbre y la precaución, Carmen Matutes, parte de una dinastía de hoteleros y corresponsable de que Ibiza sea “punta de lanza” a nivel mundial, no se atreve a vaticinar cómo será el turismo que viene. Lo que tiene claro es el efecto devastador de la crisis en el sector, para lo que reclama la formación urgente de una comisión de expertos. “Va a haber un exceso de oferta ante una demanda escasa, lo que va a provocar una guerra de precios”. ¿Prevalecerán las vacaciones de proximidad? “Los destinos que no dependan del transporte aéreo se verán beneficiados, porque el cliente sacrificará sus expectativas en favor de una supuesta mayor seguridad”.
DR. Bonaventura Clotet, presidente de la Fundación Lucha contra el Sida y director del Instituto de Investigación Disa IrsiCaixa: “Tengo la esperanza de que todo cambie en positivo; después de este tsunami tendremos un mundo mejor. Aunque me gusta recordar que para lo único que sirve la experiencia es para reconocer de inmediato que te has vuelto a equivocar. No sé si esta tan terrible nos permitirá cambiar dinámicas cuando dispongamos de una vacuna eficaz o de un tratamiento que reduzca la mortalidad”, reconoce el dr. Clotet, director del IrsiCaixa, desde donde trabaja en la búsqueda de una vacuna contra el coronavirus. Sus resultados son alentadores, “gracias al conocimiento que habíamos generado sobre el sistema inmunitario, a las plataformas de vacunas ya diseñadas y a la campaña de crowfounding #YoMeCorono”.
A su juicio, “este virus nos lo podía decir más alto, pero no más claro: salió en 2002 (SARS) y en 2012 (MERS). Se podía haber parado entonces, pero probablemente por falta de recursos y por no dimensionar su gravedad, no se hizo”. Por eso, considera imprescindible “más fondos para investigación, una política distinta de salud animal y mayor inversión en salud humana. Hay que cuidar el sistema sanitario, no recortar recursos, como se ha ido haciendo”. Aunque, en opinión del dr. Clotet, la gran lección que nos ha dado el Covid-19 es que debemos aprovechar al máximo el presente: “Es ridiculo hipotecar tu presente”.
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