QUÉ HA PASADO
• Ünal, el padre de Nefes, regresa a la vida de su hija.
• El plan del pérfido Vedat empieza a ser un éxito.
• Ösman se convierte en el consejero de Berrak.
• Necip pide ayuda a Eysan para recuperar a su mujer.
La paz ha regresado a casa de los Kaleli después de que Asiye haya aparcado las discusiones son su suegra. La mujer deja a un lado su huelga con las tareas del hogar y vuelve a ser la amada esposa y madre de siempre. “No pienses que porque regrese a mis obligaciones, podrás darme órdenes nuevamente”, advierte a su marido. Luego, se pone a cocinar, limpiar algunas estancias de la vivienda y también a hacer arreglos en la zona del jardín.
Al día siguiente, Vedat, que ya ha conseguido hacerse con la custodia de su hijo, saca a Berrak a rastras de la casa del señor Ösman.“Nunca me arriesgaré a que le digas al juez que drogaste a mi mujer por orden mía y por eso parecía loca”, asegura. “Te vendrás conmigo al extranjero”, añade el empresario, que piensa secuestrar a su familia y fugarse con ella. Sin embargo, antes de que pueda llevar a cabo su plan, es atacado por Murat y el resto de sus hermanos, quienes se llevan a Yigit con ellos, mientras él es apresado por Nihat. “No puedo probar que intentabas sacar a tu vástago del país sin autorización, pero por lo menos te tendré entre rejas un par de días”, le dice el agente en la sala de interrogatorios.
Al salir, se encuentra con Eysan, que le exige explicaciones sobre la detención de su primo: “Él no ha hecho nada malo y si no le suelta ahora mismo, le juro que pondré a mis abogados al corriente de todo esto”. El policía, lejos de amedrentarse, ignora sus palabras y se dirige a buscar a Berrak, a quien le pide que declare en contra del reo: “Es necesario que hables para que ese malnacido se pudra en la cárcel de una vez”. La muchacha, que está muy asustada, se niega a testificar por miedo a que le pase algo terrible a su madre. “Lo siento, déjame en paz”, le dice.
Por la tarde, se celebra el enlace entre Tahir y su amada. Todos los asistentes parecen felices con la unión, menos ella. No obstante, la ceremonia prosigue sin ningún contratiempo y se convierten en marido y mujer.
Durante la fiesta, Nefes sale a tomar un poco de aire y su recién estrenado esposo la sigue y le pregunta qué le ocurre. “Si me he casado contigo es para que el juez me devuelva a mi pequeño, al ver que no soy una madre soltera y hay alguien en nuestras vidas que puede cuidar de nosotros. Pero me parece injusto que tenga que depender de un hombre para tener a mi niño”, explica la joven. Tras escucharla, el chico se muestra muy comprensivo, pero le revela que a él también le hace daño esta situación: “Yo te amo, y me duele enormemente que no me abras tu corazón. Estás tan traumatizada por los malos tratos de ese malnacido que no te permites confiar en nadie”.
Quien también sufre con esta boda es Mercan. La joven disfruta de una agradable cena con sus familiares en el porche de su domicilio, cuando una vecina llega y les cuenta sobre el reciente enlace. La mujer, impresionada, deja caer un vaso de agua y se marcha a su cuarto. Su hermana intenta consolarla, pero nada surte efecto. “Vete de aquí”, le ruega la infeliz, que al verse sola en su habitación coge una cuchilla y empieza a autolesionarse, haciéndose cortes en el pecho.
Saniye hace un trato que la pondrá en peligro
De vuelta en su hogar, Mustafá agarra a su progenitora del brazo y la introduce en una habitación apartada. Necesita hablar con ella urgentemente. “Ya me he enterado de que negociaste con Vedat. Le prometiste entregarle a Nefes si él perdonaba nuestra deuda”, le espeta. Saniye se queda atónita e intenta excusarse, aunque no logra el perdón de su primogénito, que se muestra tajante. “No diré nada porque no quiero que te odien. Pero no harás daño a esa chica, que ahora es tu nuera”, le ordena.
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